HOMBRES EN CASA. CUBA CAMBIA

Hombres en casa

Por Zenia Regalado

La herencia cultural cubana es machista, pero está dando pasitos de progreso, para pesar de los abuelos que vivieron bajo el eslogan: la mujer para la casa y el hombre para la calle.
No se trata de una lucha entre hombres y mujeres, sino de justicia en cuanto a los derechos. Si hay justicia no hay machismo.
Hay circunstancias donde la mujer está más cualificada y sería machismo postergarla. Hay otros casos donde es el varón quien está más dotado.
¿Cuándo se puede afirmar que hay un comportamiento machista?. Si se limita el acceso de la mujer a los estudios en la enseñanza superior, a ocupar cargos de dirección, a la cultura. Si se intenta que ellas se vistan, piensen o se comporten como el hombre.
Igual limitación se aprecia al ser vista como objeto sexual listo para ser empleado por el hombre – bastante común en spot televisivos y en las caricaturas- .
Este comportamiento también aparece en los actos de violación, cuando el violador aduce que la mujer estaba vestida provocativamente.
Esos y otros rezagos encontramos aún en nuestra realidad cotidiana, pero junto con ellos, va surgiendo otra tendencia: mujeres que no renuncian a su desarrollo laboral e intelectual y encuentran en su pareja el apoyo necesario.
En tal caso se encuentran muchas médicas y profesoras del área deportiva que en estos días colaboran en misiones de salud en otras naciones, y sus esposos han quedado a cargo de los hijos.
¿Si ellas lo hacen la vida entera, por qué ellos no pueden hacerlo por un tiempo determinado?
Una llamada por teléfono que realicé en estos días en horas bien tempranas de la mañana, me ubicó de pronto en un ángulo de la vida en el que no me había detenido a pensar.
Más allá del auricular y por encima de la voz masculina que me atendía, se escuchaba el llanto de uno de sus dos hijos. Ambos quedaron bajo su cuidado, pues la esposa, está en Bolivia.
Y sentí un poco de culpabilidad profesional: ¿Cómo es que siendo yo comunicadora no había reparado en este nuevo desafío para la mentalidad cubana?.
“Te debo un artículo, le dije, a ti y a los tantos que como tú asumen esta responsabilidad más allá de suspicacias y escepticismos”.
Y es que familia adentro se crean redes de apoyo y participación que anteriormente no eran exploradas.
Antes en ellas solo asomaban el rostro los abuelos, pero ahora la paternidad consciente está dejando de ser solo un anuncio propagandístico para el día del parto y extiende su reinado en tiempo y relevancia.
Sube la categoría del hombre, muy centrada en otras épocas en su simple función de semental. Ahora aparece más hombro con hombre junto a su pareja, a su familia, en un acto de reivindicación justiciera a favor de aquellas que han dormido y descansado menos y que tradicionalmente sacrifican su alimentación para beneficio de su prole.
La clásica imagen del hombre sentado con los pies sobre otro asiento pidiéndole a la esposa que le alcance esto o aquello, ha entrado en crisis, para bien de la sociedad.
Si la mujer se siente mejor, si encuentra a su lado un compañero para el bregar en buenos y malos momentos, también la familia, y por tanto la sociedad, recibirán ese buen aire.
Una mujer estresada y mal humorada por las recargas domésticas, o por la realidad del emparedado (ella en el medio cuidando de los hijos y a la vez de sus padres, hermanos o suegros de la tercera edad), no es un factor positivo para la armonía, más bien es un detonante para la violencia y las discusiones, en medio de las carencias cotidianas.
Un reacomodo a lo interno de los hogares comienza a emerger. Solo basta con mirar a nuestro entorno.